Dendritas: definición, explicación y ejemplos

Las neuronas son las protagonistas de estas asombrosas cifras. ¿Sabías que tienen dendritas? Y no, no son de hielo como la de los copos de nieve. Son antenas neuronales que reciben y envían señales en el cerebro

El cuerpo humano tiene más de 100.000 millones de neuronas. Un impulso nervioso viaja a 360 kilómetros por hora. ¡Impresionante! Solo necesita dos décimas de segundo para llevar una información de la cabeza a los pies. ¿Demasiado rápido?

¿Qué funciones cumplen en el organismo? ¿Cómo puedes cuidarlas? Adéntrate en sus enredos y conoce más sobre las dendritas. 

¿Qué son las dendritas?

El cerebro es un terreno aún desconocido para la ciencia. Cumple funciones muy complejas y su estudio arroja novedades casi todo el tiempo. Santiago Ramón y Cajal fue el primero en exponer a las neuronas como unidad funcional del sistema nervioso.

Estas reciben, procesan y envían información en forma de señales químicas y eléctricas. Están formadas por un cuerpo o soma y dos prolongaciones: el axón y las dendritas. 

Por tanto, las dendritas son ramificaciones que salen del cuerpo de la neurona como pequeños cables. Mientras el axón es una prolongación única cuyo largo sobrepasa el metro, las dendritas son múltiples y cortas. 

¿Dónde se localizan? No solo están en el cerebro, sino que se distribuyen por todos los tejidos y órganos del cuerpo. 

Las neuronas unipolares son las únicas que carecen de este elemento, pues poseen solo un axón. Son raras en el humano y se ven durante el desarrollo embrionario. 

¿Cómo es su estructura? Al principio su diámetro es más ancho. Luego se van adelgazando a medida que se alejan del cuerpo de la neurona. 

Además presentan unas pequeñas protuberancia llamadas espinas dendríticas. Las funciones que cumplen en el cerebro las hacen imprescindibles para una buena comunicación neuronal.

Dendritas: las antenas de tu cerebro

Las antenas captan señales del exterior… la analogía perfecta para describir el trabajo de las dendritas. Constituye la terminal receptora de las informaciones que llegan desde otras neuronas.

Las espinas dendríticas tienen en su superficie receptores específicos para cada neurotransmisor que es liberado por el axón. Lo que activa una serie de mecanismos concretos en la célula nerviosa. 

Así nacen las señales eléctricas o potenciales de acción. Ello explica el funcionamiento de algunos psicofármacos que inhiben la generación de estos impulsos. 

De ellas depende también la capacidad que tiene el cerebro de adaptarse a determinadas situaciones. Esto se debe a que regulan la frecuencia en la que dos células nerviosas entran en contacto.  

El punto de sinapsis

Dendritas

¿Alguna vez has hecho un pedido de comida a domicilio? Cuando sientes antojos o no tienes ganas de cocinar, seguro lo que haces es llamar a tu restaurante favorito. Levantas el teléfono, marcas el número, haces el pedido y en un rato ya lo tienes en la puerta de tu casa. 

Pues digamos que tú y el recepcionista del restaurante son dos neuronas. ¿Cómo se comunican? A través del teléfono, que sería la sinapsis y en efecto significa conexión. ¿El resultado? Un servicio a domicilio satisfactorio. 

La sinapsis es una zona que separa a las neuronas entre ellas mismas o de otras células. Dicho sistema está compuesto por una terminación presináptica, otra postsináptica y una hendidura o espacio entre ambas. 

Según la forma en que se transmite la información, la región mencionada puede clasificarse en:

Sinapsis eléctrica: las membranas de las células se tocan e intercambian proteínas. Como resultado, el potencial de acción pasa de una célula a la otra. Este tipo de conexión solo se puede encontrar en los ojos y el corazón.

Sinapsis química: la transmisión se efectúa mediante la liberación de sustancia químicas llamadas neurotransmisores. Por ejemplo: la serotonina, adrenalina, dopamina, etc. Tales elementos son captados por la célula postsináptica determinada, provocando cambios en su potencial de membrana. 

El efecto de dicha transmisión del impulso nervioso puede ser inhibitorio o excitatorio. Según las células involucradas es posible que la conexión se establezca entre: 

  • Neurona-neurona
  • Neurona-célula muscular 
  • Neurona-célula secretora.

El lugar de contacto también varía, siendo axosomática, axodendrítica o axoaxónica. El objetivo de todo aquello es transmitir la información de una célula a la otra y obtener un efecto equis. 

Las dendritas ¿Se enferman?

Dendritas

Como todas las células, las neuronas se enferman y sus dendritas también. Un estudio reciente descubrió que un menor número de ramificaciones dendríticas se relaciona con mayores probabilidades de padecer enfermedades psiquiátricas

El hipocampo es una estructura muy sensible que se asocia a la memoria episódica y espacial. El estrés crónico reduce la arborización de las dendritas y produce pérdidas de sus espinas en esta zona.

La privación del sueño también tiene consecuencias. Disminuye la longitud de las dendritas, lo que se traduce en una reducción del área sináptica. Lo anterior provoca una interferencia en la consolidación de la memoria

Se ha observado que en pacientes con enfermedades neurodegenerativas existen evidentes alteraciones de las espinas dendríticas. El síndrome de Down o Trisomía 21 también se relaciona con su atrofia o malformación.

Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Pennsylvania reveló que las dendritas no solo reciben y envían señales. Pueden crear proteínas, función que se creía era específica del núcleo. 

Por tanto, un error en el ARN podría provocarles una anomalía. A su vez se afectarían los circuitos cerebrales que permiten el funcionamiento de la memoria. También están relacionadas con otros inconvenientes como la atrofia muscular, trastornos vertebrales y problemas en los huesos.

El número de espinas dendríticas puede verse afectado por los problemas mentales, intoxicaciones, alcoholismo, malnutrición, epilepsia, entre otros. La anoxia (ausencia de oxígeno) y la isquemia modifican su morfología.

Rejuvenece tu cerebro: hábitos para empezar

Seguro odias pararte frente al espejo y encontrar una nueva arruga en tu rostro. Te vuelves loco buscando cremas para recuperar tu piel lisa y estirada. ¿Cuidas de igual forma tu cerebro? 

Una investigación de la Harvard Medical School reveló que a los 40 años las funciones mentales comienzan a debilitarse. Así que apúrate e incorpora estos siete hábitos a tu rutina para mantener tus dendritas saludables. 

Concéntrate en una sola tarea: si crees que hacer varias cosas a la vez te hace un genio, siento decirte que estás equivocado. Así fuerzas a tu cerebro a compartir su atención, lo que lo estresa y disminuye su rendimiento. 

Ejercita tu cuerpo: corre, camina o simplemente mantén tus músculos activos con una rutina de baile. No te quedes estático. El ejercicio físico mejora la circulación de la sangre y aporta oxígeno y nutrientes a tu órgano pensante.

Aprende nuevas habilidades: imagina que eres un niño otra vez y tu mente está lista para captar todo el conocimiento posible. Estudia un idioma, toca ese instrumento que te encanta o dedícate a hacer manualidades. 

Ten buenos hábitos de sueño: no solo es dormir 8 horas al día. Reduce el consumo de cafeína, alcohol y tabaco para que tengas un sueño tranquilo y reparador. Acuéstate y levántate siempre a la misma hora. Te sentirás más fuerte y rendirás mejor en tus actividades. 

Relájate: el estrés daña tus neuronas. Medita, haz yoga, escribe un diario… Disfruta de paisajes y lugares tranquilos, así aliviarás tensiones que no le hacen bien a tu cuerpo. 

Sonríe: si buscabas una razón para reír a carcajadas, aquí la tienes. La risa libera endorfinas, serotonina, dopamina y adrenalina.  Ayuda a eliminar la ansiedad y la depresión. 

Cambia la rutina: El neuróbic es un conjunto de ejercicios descritos por el neurólogo Lawrence Katz. Consiste en cambiar de manera inesperada los estímulos que recibe nuestro regente nervioso. ¿Cómo? Cepíllate los dientes con el brazo contrario o báñate con los ojos cerrados.

8 alimentos que benefician a tus neuronas 

Dendritas

Los alimentos son una fuente importante de energía y nutrientes. Las neuronas consumen hasta un 50% de la glucosa que entra en tu organismo. Seleccionar los correctos y más nutritivos es una tarea necesaria si quieres conservar tu memoria y salud mental. 

¿Qué come tu cerebro? Calcio, colina, magnesio, triptófano, antioxidantes, flavonoides, vitaminas B1, B9, C, ácidos grasos Omega 3, etc. A continuación conocerás qué alimentos debes incluir en tu dieta.

Pescado azul: el atún, el bonito, el salmón, la caballa y las sardinas son ricos en Omega 3. Combaten las enfermedades neurodegenerativas y mejoran la memoria.

Aceite de oliva: protege del deterioro cognitivo y mantiene en buen estado tus conexiones neuronales. 

Chocolate negro: el cacao mejora el estado de ánimo, pues estimula la producción de endorfinas. Contiene antioxidantes que batallan contra el daño oxidativo celular de tu cerebro. Además de aportar calcio, potasio, hierro magnesio y vitaminas del complejo B. 

Huevo: aumenta la capacidad de atención y evita la pérdida de memoria gracias a que es rico en colina. 

Cúrcuma: es un ingrediente con innumerables beneficios para la salud. Estimula la formación de células cerebrales. Al mismo tiempo ayuda a recuperar las funciones que se pierden en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. 

Avena: favorece la concentración e incrementa el rendimiento intelectual. Es buena para combatir el estrés y la ansiedad. Es rica en vitamina B1.

Brócolis: es una verdura con gran valor como antioxidantes. Aporta folatos, flavonoides, ácidos fólicos, vitamina A y B. 

Frutos secos: destacan por su alto contenido en fósforo. Aquí se encuentran las nueces y almendras.

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